domingo, 6 de diciembre de 2009

Al volver de la cabina, el propietario del Cake bar me dice:
- Ah pero tu eres catalán? Pensaba que eras griego.
- La griega es la otra. - contesto mientras le cambio las pilas a la linterna.

Normalmente se piensan que soy ruso, y los rusos no caen bien. No porque el ejército rojo violara repetidamente a todas las berlinesas tras hizar la bandera soviética en el Reichstag, si no porque la mayoría son bastante mafias, con el permiso de Wladimir Kaminer, el cual escribe libros aburridos sobre rusos en Berlín con un humor bastante difícil de entender. Curiosamente Kaminer vivió muy cerca de donde estoy yo, pero en los años 90.

- Mi abuelo era catalán.- me suelta con una ancha sonrisa.
- En serio?
- Sí, pero de la diáspora, de la comunidad sefardí expulsada en el siglo XV. Más de 500.000 personas. Existen pueblos en Grecia y en Turquía donde se habla un catalán parecido al de las Baleares. Te sorprenderías mucho.

Empiezo a meter música y a la tercera canción una mujer se me acerca y me pide el nombre de la canción. Hasta aquí normal. Me tomo mi zumo de manzana y cambio a soul porque tampoco hay mucho movimiento. Alguien comenta que debo estar enamorado porque estoy poniendo Nat King Cole. Tengo tres horas para meter la música solo y me prometo no poner ni un tema que hubiera sonado la noche anterior porque creo que es la mejor manera de aprender. Al cabo de un rato viene un hombre a felicitarme y me doy cuenta que es el marido de la señora que me había preguntado por el tema. Me dice que tiene un bar en Kreuzberg y que como les estaba gustando la música si era posible que yo pusiera discos para ellos. Me quedo bastante sorprendido. En pocos minutos me está dando su número y la dirección del local. En ese momento entran juntos y sin conocerse mi compañero de trabajo Jerome y Thomas, la rata. Jerome es un Dj buenísimo y es capaz de llenarte un local en media hora a ritmo de postpunk, muchas veces grupos que sólo conoce él, porque se dedica a ir a todos los conciertos en los que sólo se presentan 4 gatos y siempre comprará el cd. Thomas es el que pincha vídeos y ese también puede ir solo. Parece sacado de un parágrafo de Dickens, con sus guantes rotos, el pelo para atrás, su fiero aspecto de roedor y un purillo en la boca soltando virutas por todas partes. Hago las presentaciones y se ponen a beber y a criticarme, claro. Lo que era de esperar. En ese momento la música ya es mucho más bestia y bastante gente sigue el compás con la cabeza. Las tres chicas que estuvieron el viernes vuelven a venir y se sientan en el sofá del rincón. La camarera trae más zumo y la griega llega bastante echa polvo dándome las gracias por cubrirle la ausencia. Le digo que quiero hacer una pausa para hablar con los Dj s y me pide que hagamos batalla. Así que empezamos a matarnos y a subir el volumen,a buscar canciones con las que responder y acabamos en un duelo de electrónica, bastante a lo bestia porque quemamos la noche poco antes de la una. Otro compañero del curro se presenta con su novia e incluso llega el negro, el Dj del CCCP, por lo que eso parece más un tribunal que una sesión. Jerome ya me dice que soy un dj muy amable con la gente, Thomas que suba los graves y por un momento pienso que no me van a dar el permiso de circulación. Por suerte no invité a ninguno de los Djs dark, porque a la que nos pusimos grufties, nos tiramos un buen rato con oscuridades que ninguno de ellos suele poner. Al cabo de un rato el roedor se va al Lido pq es colega de uno de los que pone la música ahí, y le digo a la griega que no hay que poner ni un tema del viernes si queremos aprender y poder sonar al otro lado de la calle, que es donde están los grandes, porque eso de meter la música tan cerca del Lido frustra más que estar en la otra punta de Berlín, pero por lo menos es posible hacer battles sin repetirnos y poder cambiar de estilo con bastante elegancia. Al final nos tiramos toda la noche hasta las seis y son unos cuantos los que tienen intención de pasar por el Mokum el próximo jueves 17 para tener otra fiesta, aunque ya les he dicho que ahí pongo más años 90. De todas formas me ha gustado ver que algunas personas que estuvieron anoche vinieron también el sábado y que se lo volvieran a pasar bien, la verdad es que hacen las cosas más fáciles y se puede decir que da gusto poner música para una gente así. Pasados los miedos deebo decir que ha sido muy bonito tener a tanta gente conocida junta, ver como hablaban entre ellos, fumaban sus pitillos y tomaban sus copas.

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