miércoles, 28 de abril de 2010

Ya me han dicho que hoy me va a tocar cargar el doble de cajas.

Y no me importa. Mañana seré libre. Y escribiré el sueño de la metrópolis.
Me han llegado unas fotos de Nueva York con una chica perdida en Central Park al lado de la liebre de marzo, el sombrerero loco y el lirón. Parece que ayer estuvo tomando el té y pronto va a empezar a cruzar el espejo. Y hace calor, me han explicado la historia de la pirámide negra de Potsdam y las locuras de Federico Guillermo de Prusia, hereero del Grande pero pequeño de espíritu. Así que ahora a batallar abriendo botellas de cerveza y preparando bebidas a tiempo récord para estos teutones. Hay fútbol y habrá follón. Pongo la música a todo volumen apurando los últimos minutos. Este barrio es una jaula onírica y se que me esperan todas las estaciones al lado de una persona, que el Doctor también vuelve el mismo día y vamos a celebrarlo haciendo un Grill en un balcón o en el parque, porque todo va a mejor para los chicos de la Schliemannstrasse, tenemos nueva música y hasta hemos recuperado viejas canciones que ahora suenan distintas,
Pero the time is over hasta la próxima tregua.
A batallar y a no rendirse.

martes, 27 de abril de 2010

Varias cosas entre otras: La muerte de Juan Antonio/I'm a Dj/Boheme Sauvage/Daniel Brühl/El nuevo Flyer

La muerte de Juan Antonio. Conversación en el WZ

- ¿Qué piensas de la muerte de Samaranch?

- Bueno, era franquista. Una vez incluso le dijo a Franco que le perdonara por ser catalán. Mamó de la teta todo lo que pudo tirándose pedos en la cara de los demás. No sé, creo que lo del deporte hizo que los que nacimos después no tuviéramos ni idea de lo hijoputa que llegó a ser el viejo con nuestros viejos. Pasa un poco como Dalí o con Pla, que de catalanes tuvieron poco porque se pusieron del bando de aquel que aplastó nuestra cultura, pero irónicamente esa gente son los grandes embajadores del país, y con un morro impresionante. ¿Mira, sabes una cosa? Pujol y los otros tuvieron que fabricar héroes ahí donde no había.
- Ya pero lo de las olimpiadas y tal, tampoco te pases, no?
- Lo de las olimpiadas y el chasco de la Expo fue el último pelotazo antes de que el PSOE dejara de comer caviar. Del Cobi ya nadie se acuerda y Curro se fue al Caribe. Que quieres que te diga. Sí que fue muy bonito porque la gente se volcó y los voluntarios hicieron lo que hasta entonces no se había hecho nunca en un evento de estos, pero las entradas no había quien las comprara y nosotros vimos lo de la antorcha por la tele y luego encima tuvimos que pagar la fiesta porque de un día para otro te sale el Solchaga diciendo que se acabó el pastel y que a devaluar la moneda. A mí que la palme el Samaranch me deja bastante igual: hizo lo que le dio la santa gana y acabó en el hoyo como todos. Bien por él, pero que no esperen que me caiga de coña, porque no.




I'm a Dj. I am what I play
La persona que me ayudó a proveerme de vinilos para ponerlos en su discoteca hace cosa de un año ya me alertó que si entraba en primera línea me acabaría topando con toda la mafia. Después de haber estado ayudándole y de ver como le hacían la vida imposible, decidí no meterme dentro la escena buscándome la vida en otra parte, cosa que tampoco fue muy sencillo. Los Dj son gente complicada, hay demasiados y la mayoría no meten música en ningún sitio. Y están bastante cabreados. Otros con tal de tener una parcela ni cobran y hasta pagan por meter la música. El caso es que quieras o no, vendrán a ver lo que haces, hablarán mal de ti a todo el mundo para que no vayan a tus fiestas y los foros se convierten en un lugar peor que el Teleindiscreta o los programas del Canal 9. Al final prefieres no leerlo e ir a la tuya.

Un día te dicen "si esta fiesta ha funcionado, deberías hacer más". La haces, pero eso es tiempo que no te pagan, unos cuantos dolores de cabeza y muchos nervios en el estómago. Porque la gente que le gusta mi música es de lo más voluble: igual te llenan el local como no se presentan. Y entonces los que te pagan te piden cuentas. "Os dije que son gente jodida". Sin embargo algo me salvó el culo, porque a partir de la una de la noche aquello se puso a petar y la cosa fue un éxito, tanto que "los otros" quisieron meter también la música ahí, donde nunca hubieran invertido nada porque nadie creía que ahí se pudiera montar gorda.

Evidentemente la cosa se ha puesto seria. Ahora comparto el calendario con la camarilla de expertos que no les cabe la casa de discos, k7s y compacts y que llevan 14 años en esto. Ellos por el hecho de que en principio dirigen esto se han comido los días y me han dejado con mi fiesta una vez al mes. Veremos si son capaces de llenarlo todos los jueves. Es posible que ahora en Berlín el jueves se convierta en lo que hace cinco años eran los viernes y en lo que ahora está dejando de ser el sábado. Hablo solo del rollo goth. Era un momento de cambio y la gente estaba harta del siempre lo mismo. Ahí lo tenemos. Los lunes en Duncker y los jueves en Dazzle. Y la escena concentrándose en Prenzlauer. El famoso K17 cada día más vacío, mi amigo Armando luchando desde un sitio minúsculo llamado U5 para que Berlín deje de ser la puñetera excepción en toda Alemania y conseguir que exista una escena de EBM, mis amigos Jorge y Venus tienen una pequeña Batcave cerca de Frankfurter Allee y mi ídolo Mark Splatter ha montado la Warsaw en el Bang bang, pero al ser un sitio tan turístico se dedica a meter indie y pop. Sólo por eso los darketos ya lo han crucificado. Más o menos todos tenemos nuestro(s) sitio(s), así que hemos pasado de ser invitados a residentes y sólo por eso ya estoy muy contento, porque ha costado. Ahora se trata de ver si somos capaces de conservar algo así, porque ya han empezado a tirarse encima. Así que... estamos en guerra.
Boheme sauvage


O la fiesta del año. Seguramente lo encontramos fantástico porque íbamos demasiado borrachos, a lo locos 20's. Más o menos la cosa queda en eso. Una vez te pones a ver las fotos ni las chicas eran tan guapas ni todo era tan fenomenal como parecía. Y para variar salgo peor que el rubio de los Rolling stones, porque aunque intente todo lo contrario al final siempre da la impresión que sea el que esté más hecho polvo del grupo. Sin embargo fue una auténtica danza en el ojo del volcán. Una sala legendaria, un montón de gente vestida de charlestón bailando el fox y viendo películas mudas entorno a una decoración de art decó, un bar de absenta con sus cucharas reglamentarias y mesas de póker, ruleta, black jack... Nunca he visto a zorras tan elegantes sentadas al lado de travestis tan altos, ni a humoristas chistosos haciendo el número en cualquier sitio mientras de fondo sonaba Nat King Cole Trio. Tampoco me he comido tantos flashes en mitad de un pasillo camino a la sala de fumadores, ni he llevado los bolsillos tan llenos de billetes falsos excepto cuando de pequeño jugaba al Monopoly. Todo muy bizarre, auf jeden Fall, pero divertidísimo. Nos arruinamos de la manera pertinente, hablamos de las cosas más absurdas, estuvimos al lado del gramófono y terminamos bailando. La noche anterior estuve poniendo música en mi querido Mokum hasta las seis de la mañana y venía de vender libros en la Friedrickstrasse, con lo que a fin de cuentas apenas ni había dormido ni dormí, porque al mediodía ya estaba quedando con una chica que me gusta y estuvimos mirando vinilos de segunda mano en una tienducha de Prenzlauer y de estación en estación terminamos en un parque de Kreuzberg y de ahí a casa de su mejor amiga, cuando decidimos lanzando una moneda al aire que nos íbamos para la boheme sauvage. Y eso quiso decir arreglarse en un tiempo récord con algo que nos permitiera a los tres pasar, porque ahí tienen un dress code estricto hasta el absurdo. Así que al final eran las cinco de la mañana y estábamos en la Meistersaal bailando unas canciones larguísimas a puntos de caernos del cansancio y le dije que aquello parecía la película aquella en la que la gente tiene que aguantar el máximo de tiempo en la pista sin desfallecer mientras todo el mundo se desmaya y los que aguantan más se llevan el premio y hay gente que se muere y otra que se vuelve loca y todo lo hacen porque es la época de la Gran Depresión y hay demasiada hambre y participando ahí almenos te dan comida en cada pausa, pero es un auténtico infierno. La calefacción estaba al máximo y la atmósfera estaba tan tórrida que la música de Benny Goodman se deshacía en cada nota. Mi amigo Armando que tuvo problemas para entrar y se dejó todo el dinero en la entrada se sumó al grupo y al cabo de poco ya estaba igual de reventado. Había un par de shows, pero nosotros estábamos en otra honda. Cuando la chica del burlesque se quitó la ropa oí a unas chicas comentando que les gustaría poder tener aquellos pechos. No sé quien pidió más champán. El caso es que creo que todo el mundo estaba flotando y que los tipos que salían en aquellas películas mudas que proyectaban en una de las paredes tenían mucha más vida que nosotros, pese a llevar unos cuantos años muertos, menuda poca gracia.


- Ich will nicht fliegen nach New York.
- Bleib mit mir.

Y otro flash del fotógrafo de la fiesta y un conocido del Duncker salió de la pista con su novia encorsetada después de habérselo montado delante de todo el mundo y una pareja de viejos bailó frenéticamente con una alegría indescriptible.

Quo vadis, Smoboda? Na toll.

En esa Meistersaal estuvieron los estudios Hansa, donde Bowie hizo el "Heroes" junto a Brian Eno y Robert Fripp, Iggy Pop "The Idiot" y el "Lust for Life", Einstürzende Neubaten, Nena, Nina Hagen, Nick Cave, Depeche Mode, U2... todos hicieron algunos de sus mejores trabajos ahí.


En el aire volaban algunas plumas de boa. La chica de los tirabuzones iba cogida de la mano de la que se había pintado un bigote. El tío grande vestido de marinero que trabajaba en la puerta hacía una pausa apoyado en la barra, como si volviera de una gran travesía. Y nosotros bailábamos la misma canción sin darnos cuenta de que habían puesto ya siete.


"A girl should be two things: classy and fabulous!"

Coco Chanel

Al cabo de unas horas ella volaba a Nueva York, yo llevaba otra vez la bandeja con una cara de por favor quiero dormir y los clientes pidiendo sin parar como si no existiera el mañana. En mi cabeza los nombres de las estaciones, el sonido de los raíles y al final del tunel Al Bowlly cantando "Midnight with the stars and you" como si la niebla de la mañana fuera el vapor de una sauna o el humo de la cocina, o los títulos de crédito de una película que acaba o que sólo acaba de empezar. Wer weiss.
Daniel Brühl


Son las tantas de la madrugada cuando mi jefa me llama por teléfono. Estoy fumando una pipa y escribiendo diferentes cosas a la vez intentando sacarme de encima a esa chica de la cabeza cuando el teléfono zumba como pegando un bote de la mesa. Al ver que son los del trabajo la primera reacción es tirar el teléfono por la ventana y ponerme a cubierto, pero no sé porqué contesto y es mi jefa diciéndome: Tu héroe está aquí. Y lo primero que pienso es que mi compañero de piso Gunnar no se puede pagar las copas y tengo que meter yo la pasta. Pero en cuanto le pregunto a quien se refiere me contesta: "Daniel Brühl". Entonces me pongo la chaqueta y voy directo al WZ para ver si puedo conocerlo. Aquí en el barrio todo el mundo echa pestes de él porque vive aquí, pero yo sabía que iba a caerme bien. Así que me tomo un café en el rondel y cuando termino me acerco al grupo de amigos con el que se encuentra y lo saludo. El tipo realmente es muy amable. Al principio se queda con la boca abierta al ver que le hablo de Barcelona, porque precisamente acababa de aterrizar y ya la estaba echando de menos. Charlamos de futbol un poco de libros, un poco más de bares, me da la mano y me voy a fumar un pitillo con la jefa, que me pregunta cuando vuelvo a poner música este mes. Le hablo del Flyer.

El Flyer

El nuevo Flyer se las trae. He llegado a la conclusión de que si me tengo que joderme la espalda cargando las cajas que llegan calientes de la imprenta y después repartirlo por medio Berlín y de decirle a la gente eso de "ei, ven a la fiesta" y la foto no me gusta, la verdad es que vamos mal. También he querido que lo hiciera una persona distinta, y esta vez se lo he encargado a un chico catalán que vive aquí en Berlín desde hace cosa de un par de meses y que trabaja de diseñador gráfico pero online, todavía nada con gente de aquí, por lo que ha sido la primera vez que recibía un encargo y lo ha hecho con toda la ilusión del mundo y lo más rápido que ha podido, porque como siempre, el plazo es corto. Si para el Mokum tiré de imágenes de Berlín que representaran la pesadilla orwelliana, para el Dazzle quise hacer algo más centrado en mi intención de hacer una fiesta dark en Prenzlauerberg, el barrio de los niños, mujeres embarazadas y las terrazas donde hacer el café con leche, hasta hace poco un barrio donde la vida nocturna no dejaba de ir a menos, por lo que se nos ocurrió llamarle al evento Prenzlauerdead. Muchos se han partido de la risa al ver el nombre incluso nos han preguntado si la cosa era en serio o si íbamos de broma. Así que del mundo de los niños he ido a lo más oscuro de Alicia en el País de las maravillas, uno de los referentes que he tenido muy presente estos últimos años en todo lo que he escrito y vivido. Pero lo que yo todavía no sabía es que el mismo Lewis Carroll había sido uno de los pioneros de la fotografía. Y precisamente la chica que me gusta me dijo que cuando ella estuvo en Barcelona vio un libro con imágenes que había hecho él y retratos a niños. Y los niños no tienen cara de estar muy contentos. Al contrario. Miedo. Fue realmente Carroll un pederasta? Hoy no nos cabe duda, lo que no sabemos es hasta que grado lo fue. La fotografía del Flyer es la auténtica Alice, una de las niñas de la cual fue profesor y en la cual se inspiró para el personaje de su obra más conocida, que fue fruto de un cuento improvisado contado en una barca. Prenzlauerberg es eso, un gran cuento absurdo, fuera del mundo, el lugar donde he visto a los niños entrar en carros dentro del cementerio con la misma alegría con que se entra al país de los juguetes. Donde he visto más tiendas de peluches que en ningún otro sitio. Donde las guarderías son el negocio más rentable y en las aceras sólo ves ángeles rubios.

...Los niños en el parque

son afortunados

van paseando, y se dan la mano
sueñan caramelos
a besos y dinero


Los niños y las niñas.

Pero quien dice que son inocentes

fumaran cigarrillos,

jugaran con bombas...














viernes, 23 de abril de 2010

El chico de las pesadillas orwellianas leía menos y paseaba más, miraba detenidamente a la gente, respiraba hasta sentir el hielo en los bronquios, escribió en la pared ya no miro más atrás y colgó un póster con el hada verde al lado de la cama. Se enfrentó a los fogones de su cocina y a los de su trabajo, siguió barriendo la calle, limpiando el cristal de la ventana hasta volverlo todo nítido como si así descifrara la frase de Blake. Siguieron las conversaciones con uno mismo en las profundidades de los campos de la mente, los cafés en la mesa de coser y las mejoras en el guardarropa a medida que cambiaba un tiempo. Velas a partir de medianoche, las obras de Bach y las sombras de los cortesanos. Al final llega el día y no te sientes tan solo cuando ves que construyes algo, porque nisiquiera la madrugada puede doler para siempre. Los que sabemos que el odio es más fuerte, pensamos que sin embargo el amor es eterno. Una vez vi la ópera china y me dejé llevar por aquellas voces salidas de otro mundo. A diferencia de esos reinos suspendidos en las nubes, la acción de la obra ocurría prácticamente en el fango y en lo postrero de la batalla y alguien que lo pierde todo pinta. Y empieza a pintar en una gruta, diciendo así que en el país de la seda los sueños existían. Desde entonces a veces me he acordado del chino que pintó como si bailara una música divina, hasta que una vez en el colmo de la soledad, me vi interrumpiendo una carta, sentándome en el suelo y dibujando los paisajes que imaginaba en mi novela. Esos lugares que nunca podré ver porque seguramente ni existieron. He estado años intentando recomponer algo de lo que no se sabe demasiado, pero ahora es tiempo de dejar fluir las bondades de esa gente que en algunos momentos va a tener que sonreírse porque si no nunca podrá decirse que vivieron dentro de las letras. Si nos miran, deben mirarse a si mismos con honestidad porque es como miran al mundo y todas esas sensaciones las traducía en un plano, un trozo de bosque en un espacio vacío y un color según el estado de ánimo. Ahí estaban esos mapas que no podía explicar y que sin embargo necesitaba si quería componer esa historia.
Me encuentro en Berlín pintando en el suelo como hacen los niños o alguien que se siente verdaderamente tranquilo. Y pinto esos lugares que me gustaría ver y que me gustaría enseñar a las personas que me aprecian como si estuviéramos dentro del papel.
Hoy es un día muy especial para mucha gente. En Berlín como en tantos lugares no conocen nuestra tradición, pero una vez al año cambiamos la pluma y la espada por el libro y la rosa. Un día lleno de sentimientos en el que queremos que las personas amadas estén más presentes que nunca.
Así que vendiendo libros y regalando rosas en el stand que el Kasal català de Berlín ha montado esta mañana en la Friedrichstrasse.
Bona diada.

lunes, 12 de abril de 2010

Domingo:
Una extraña pausa antes de volver a cazar replicantes: Lo que dura un café, un cigarrillo muriéndose en el cenicero o una canción que relantiza una atmósfera de por sí congelada. Fotos en la pared de recuerdos que no existieron, un calendario lleno de crímenes y cruces en rojo, tinta sobre la mesa, la dama de picas hacia abajo y la moneda del centenario de Lenin luchando contra su propia herrumbre. Estos son algunos de los objetos, y el sujeto uno mismo en su segunda parte, cambiándose la camisa como un miembro del Congreso en el backstage o en su camarote.




Madrugada del lunes:
Echando fuera a una esquizofrénica del bar.
- Y aquí ya no vuelves más.
Echando fuera a la pareja que estaba follando en la sala de fumadores.
-Tienes las medias rotas.
- ¿Me puedes llamar un taxi?
- Debería llamar a tu padre.
Lunes al mediodía:
Mi cabeza está rodando bajo la cama. Me he despertado y la temperatura ha vuelto a caer en picado. Llaman a la puerta y es Gunnar, mi inseparable comparsa.
-Hey man I'm sorry but I went to Poland.
Hay gente que se va a una ciudad jodidamente gris llamada Cottbus situada en los confines de Brandenburgo, porque tiene a los suegros preparando un almuerzo familiar. Después se suben a la camioneta y cruzan la frontera, que está a media hora de carretera. Se van a un país que ha perdido a toda su cúpula y se paran en mitad de la nada, en un páramo dondo sólo hay cabinas donde comprar tabaco, gasolina y vodka a precio de risa, pero ninguna tienda. Es como si te salieras del margen de una hoja en blanco.

jueves, 8 de abril de 2010

Per aspera ad astra

Finalmente la II Joy Division Party, la cual no tiene flyers pero sí un potente boca a boca, porque la primera gustó y había ganas de más, y pese a que haya otro par de fiestas en otros sitios con unos Dj's muy conocidos, todo se queda siempre en blah blah blah. Esto es Prenzlauerdead y Hänsel y Gretel os abren las puertas del infierno. Porque omnia vincit labor, y las cartas están sobre la mesa. Esta noche y siguiendo las reglas del juego, bailamos alrededor del ahorcado, revertimos el orden y nos bañamos en la Estigia hasta el amanecer.

lunes, 5 de abril de 2010

"Dondequiera que uno dirigiese la mirada, reinaba el desenfreno. La gente leía libros, incluso las mujeres."
Patrick Süskind. El Perfume. Cap. XI.

Mirando los grises desde el 55 West 81st Street, en el American Gardens Building, como si viviera en una estrofa del Organt de Saint-Just.

Tenemos dos opciones para que unas vidas como las nuestras tengan sentido: acabar con todas las rubias de esta ciudad o pedir ayuda. La primera es muy difícil, porque nunca vas a poder acabar con todas. La segunda peor, porque se lo van a tomar a cachondeo.

Y es que prepararse para salir demuestra que el dandy es una suerte de practicante del nuevo ascetismo. La ritualidad del cada gesto un esfuerzo sublime, porque uno desprecia la cantidad de tiempo que se emplea para transformarse en esa criatura que encanta a los demás pero que termina por aborrecerse. No es tan sencillo pese a lo pobre del resultado. En este momento centenares de personas con una vida bastante desplazada de lo convencional abren sus guardarropas para enfundarse y procurarse sus mejores armas. Ocurre todo en el mismo lapso de tiempo. Unos necesitan más y otros apenas disponen de él. Pero todos se presentarán a los cuadriláteros con sus logros y mentiras al final de estos lunes sabatizados, trastocados por unos horarios invertidos y reinventados para los que no tienen ese espacio, pero no por ellos menos difíciles. Algunos vienen ahí después de un tour que empeó el jueves y ha seguido de forma ininterrumpida con sus respectivas pausas para canviarse y levantarse de nuevo para entrar en la espiral, porque Berlín se lo traga todo. Las personas insaciables, auténticos vampiros de lo emocional, se suman a todas las fiestas, deambulan como sombras agotadas aguantándose en los rincones, no dicen ni hablan de nada, sólo asisten y no se perdonan estar fuera de algo en lo que no van a participar. Otros no se cansan de volver siempre a casa con las manos vacías. Otros sólo acumulan mierda y se van trastocando más y más. Otras se exhiben, otras son masacradas. Quién no lo conoce después de tantos años. El giro de la vanidad, el grand guignol y la reunión de cerdos hedonistas. Y lo peor de todo es que contra más tiempo pases entre ellos más te acabas pareciéndote, como diría Tiberio a su nieto Calígula en el exilio de Capri.


Algunos me han preguntado qué hice ayer. Pues me peleé con la gorda, sí otra vez. Pero todavía a más, lo cual sacó esa parte animal y tan salvaje que casi siempre me reprimo por miedo a que la gente me vea como al chico de la naranja mecánica. Y es que por desgracia la disciplina inglesa sólo se me da bien para darla, pero no para recibirla, porque enseguida estoy devolviendo el doble, y eso es difícil de aguantar, así que mi insubordinación, por llamarlo de alguna manera, me costó acabar en el despacho con la jefa y hablar del asunto. Lo que empezó como un interrogatorio acabó en un machacar a la puta gorda.
  • Tienes que comprenderle.
  • Es que últimamente está siendo muy cruel conmigo.
  • Si tu no me respetas no te voy a respetar.
  • Yo te he respetado.
  • Tu no me has respetado nunca y ya me has hecho perder la paciencia.
  • Te olvidas de que soy tu jefa.
  • Eso no es cierto. Tu no eres la jefa de nadie.
  • Lo es, ella era tu jefa esta noche.
  • Mis jefes son R., B, S, y tu, pero ésta sólo tiene la responsabilidad, que es algo muy distinto. Eso no le da derecho a ser autoritaria y a comportarse como si esto fuera el ejército.
  • Yo no me comporto así.
Babble babble bitch bitch rebel rebel party party. De esto va la cosa en general. Pero como siempre, podemos explicarlo de otra manera.

Érase una vez un país en el que tú eres el negro, el ignorante, el idiota, en el cual quien te ayuda lo hace para poder demostrar a los demás que tiene una moral superior al grupo, pero no por altruismo, sino por amor al poder, con lo cual la moral es doble, pero no superior. Un país en el cual te hacen olvidar quién eres y te hacen empujar la rueda de un modo en el que no lo hiciste nunca en el tuyo. Un país donde los burros te gobiernan como si fueran los nuevos mandarines. Y si, yo era ese negro y la encarnación de muchas de esas cosas a las que secretamente le tienen más que miedo, pero nunca lo van a reconocer abiertamente porque sino perderían la justificación de odo lo que hacen, porque lo único que los ampara es la hipocresía. Podría explicarlo como si fuera un cuento de Perrault o de Andersen, con otros nombres y fechas, e incluso les gustaría, pero nunca así porque se indignan como Tartufos.

Y sí, sé que arreglarse como un muñeco es el intento efímero de gritarle al mundo que conservas una dignidad que te ves simpre arrebatada, pero en el fondo sólo es un autoengaño que sirve para los lunes por la noche, porque después vienen todos los martes y los miércoles y aún más, y sigues así en la punta del embudo intentando no quedarte abajo del todo con esas personas horribles dando golpes, porque son tan temibles como lo son sus propios temores, y eso hace que sea duro.

Pero ahora almenos el negro ya puede empuñar sus réplicas y no tiene que verse emponzoñado e impotente, un difícil peldaño que ha costado algunos muertos y perder tanto de si, pero es el problema de trabajar en las fraguas. Vulcano, que era de cuerpo fuerte, pero de piernas flacas, nunca dijo a los titanes que para templar el hierro, después de los golpes debían enfriarlo.
Metalhammer lovely tool
Tell me what I am
Traeting you is the only thing I can
Thank you for the money
Help me to survive
Metalhammer, metalhammer
Help me to stay alive

Esto es de Steve Naghavi, a los 18 años y con dos sintetizadores analógicos y una caja de ritmos.

domingo, 4 de abril de 2010


Prefiero jugar al ajedrez que comer-dormir-trabajar. Me gusta volver a casa a las siete de la mañana y encontrarme el tablero esperándome en el suelo, la cama hecha y el cielo del mismo azul oscuro que el mar herido de la ciudad en la que nací. Amanecía mientras sonaban campanas desde distintos sitios y me recordaba un poco a antes, a todos los sábados al mediodía mientras caminaba por los adoquines, pero era domingo por la mañana y en Berlín, mi calle estaba desierta, el cansancio lo llevaba en las piernas hartas de andar entre las mismas fachadas y las llaves tintineaban en el bolsillo. Todas las campanas te llevan a casa, a tus escritos pretéritos, a una esperanza de algo que no existe y doblan initerrumpidamente hasta quebrarse. En casa el tablero, la dama perdida y las torres flanqueando al rey, las paredes pidiéndome que las escriba, el sofá que le deje algún libro sobre el lomo. Llega el sol, cierro las cortinas. Si el mundo te da asco es porque te lo das a ti mismo de tanto mezclar venenos.

De nada sirve jugar con serpientes y caduceos si sólo albergas semillas de algo pútrido, pura infelicidad, desdicha absoluta. Entonces te preguntas quién eres y sólo te ves como el que enciende y abre las puertas de las lavadoras, limpia por dentro el friegaplatos, carga cajas del sótano a arriba, vuelve a casa, duerme, come, trabaja y ve como los sueños empequeñecen como las figuras de jabón lavando unas manos sucias.

jueves, 1 de abril de 2010

Por lo que me han explicado, la ceremonia de entrega de premios del certamen que organizó la Fundació Romea fue bastante más que sonada: De los 59 trabajos presentados (entre ellos también estaba el mío) parece que sólo hubo uno que les llamó la atención y que tuvieron que descalificar por haber sido premiado ya con anterioridad en otro concurso, lo cual iba en contra de las bases del concurso, y parece que eso molestó al tribunal que se veía a deliberar de nuevo entre un montón de roña, por lo que sin pensárselo demasiado decidieron declarar el premio desierto, cosa que se entiende si se piensa en salvaguardar el prestigio del certamen, pero también debe comprenderse que provocara la indignación de unos cuantos de los autores que se habían congregado para oír el veredicto público, por lo cual los periodistas se encontraron en un fuego cruzado, y los abucheos llenaron el Romea de bochorno, lo cual por lo menos y por primera vez, se llenó de algo.
Los jurados pueden tener decisiones inapelables, pero éstas son de carácter subjetivo, por lo cual deben aceptar que muchos sean los que no estén de acuerdo con sus declaraciones. El prestigio y la honestidad de un premio se basa en esto. Declarar un premio desierto es un arma de doble filo que refuerza precisamente el prestigio de un certamen que se ve en riesgo de empezar a perderlo si es que alguna vez lo tuvo, pero que por otra parte crea también mucha expectativa y presión ante lo que va a ser su próxima convocatoria, en la que sin duda también se van a presentar trabajos muy mediocres, quizás todavía más, y la decisión, por otra parte muy comprometedora, va a ser difícil porque se van a ver obligados a tener que premiar algo.

Para algunos es un honor haber participado en la edición más nefasta de dicho certamen, una experiencia única e indescriptible: pero lamento decir que las pocas horas de sueño, las cantidades atroces de café y la satisfacción de haber terminado un trabajo van a seguir siendo así, lo entiendan o no algunos, lo acepten o no otros, y guste o no a un jurado.