domingo, 8 de noviembre de 2009

El llamado muro de «protección antifascista» fue edificado por mitad del corazón de mucha gente, tal y como titula su tragedia Sigrid Paul. Esta dentista tenía a su bebé enfermo en un hospital de Berlín Oeste el 13 de agosto de 1961, cuando la ciudad se cerró y ella quedó atrapada en el Este. Por intentar reunirse con su hijo, fue encerrada 19 meses en la prisión de Hohenschönhausen.
A sus 75 años, Sigrid Paul ya «sólo desearía volver a hablar» con su interrogador. «Le he escrito, pero es tan cobarde… en la dictadura se sentían fuertes, en la libertad son basura». Su apartamento carece de puertas y tabiques a resultas de su trauma, «ni siquiera cortinas», y aún llora al pensar en los cinco años que su hijo permaneció abandonado en aquel hospital.

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