martes, 24 de mayo de 2011

Los españoles son capaces de un dos de mayo, pero después no de un tres, ni de un cuatro... pero ante el asombro de todos, sí de un 15




Últimamente la gente de aquí me ha estado preguntando por la situación de España. Por primera vez veo que hay un interés real por lo que está aconteciendo "allá abajo" y que va más allá de mirar titulares por encima del hombro. Evidentemente Alemania debería asumir cierta responsabilidad, porque no hay que olvidar que nuestras economías se basan en un sistema monetario en donde el papel de la deuda es clave. Los intereses que España paga o que deberá pagar son la sangria con la que Europa salva el cuerpo. Esta automutilación le da el sustento que necesita tanto para seguir compitiendo contra la formidable fuerza de un grupo de países definidos como economías emergentes así como para no doblegarse completamente a los caprichos de los grupos que controlan el precio del crudo, que es con lo que se hace funcionar la industria y la logística. Europa dice aguantar el golpe pero observamos como algunos de sus miembros de desmoronan por "no haber hecho los deberes". Muchos creen que Europa se salva pero de momento. La recesión japonesa ha favorecido a la exportación alemana, que ocupa el vació de una quota de mercado que ha quedado vacante. Un estado de bienestar bien estructurado ha dotado también a Alemania de unos agentes sociales fuertes, un capital humano extraordinario pero que en los últimos tres años no ha hecho más que ver recortes. Aquí al igual que en la mayoría de sitios se vive peor que antes, a pesar de los smart phones, los note books y una cultura recreativa que tiene drogada a la población con vanalidades.




Los alemanes miran con miedo, admiración y envidia lo que ha ocurrido los últimos días en la península ibérica. A pesar del batacazo electoral, ya vaticinado y programado por los medios decomunicación, la gente se está encontrando.




Un estudiante de Stuttgart, con tan sólo 28 años y tras 3 horas de programación creó la web sobre lo que ya se conoce como la Spanish revolution. Lo hizo indignado al ver como la prensa alemana silenciaba los sucesos y los minimizaba como algo anecdótico por considerarlo perjudicial para los intereses de la nación. Un grupo de izquierdosos. Nada más lejos de la realidad.




Me han llegado fotos hechas por gente que conozco, y que muy poca vinculación tienen con la política, de las plazas abarrotadas de personas de todas las tendencias. Familias enteras y muy pocos perriflautas.




Aquí en Berlín se presume mucho de "Demos" pero para mí estas supuestas manifestaciones de café con leche se tratan simplemente de demos, como cuando un grupo de música todavía no ha acabado de sacar un tema pero se dedica a hacer pruebas. Aquí en Berlín se sale a la calle por cualquier cosa y no es por compromiso, sino porque es un acto social. La policía está más que acostumbrada e incluso tras los careos se relaciona con la gente. Sí, el despliegue de treinta furgonetas en la calle es espectacular y las cámaras fichan a todo dios pero se queda en eso.




A mis conocidos les sorprende ver que en España haya tanta gente y sin botellas de cerveza, es decir, porque realmente están cabreados.




Por supuesto no me ha dado la gana responder a cotilleos y los que me conocen ya saben que hablaba de estas cosas desde hace tiempo, por lo que no debería pillarles de sorpresa. En su día ya dije que esto pasaría y está pasando. También dije que la gente que ocupa las instituciones públicas sólo son sparrings que están ahí para parar los golpes y que aunque ejerzan el monopolio de la violencia legítima en virtud de unas leyes soberanas, poco pueden hacer cuando son los grandes grupos bancarios los que han financiando cada uno de los partidos con más representación. El día en que se deje de tirar piedras a las cortinas de humo que son la Iglesia y al Estado y se empiece a sacar el dinero de las cuentas corrientes, a tapiar puertas de entidades financieras y a decir que no se paga créditos, las cosas van a dar el giro. El sistema bancario se ha reforzado con la crisis. Hemos visto como las mismas cajas de ahorros se desprenden de sus obligaciones sociales y se transforman en lo mismo que sus hermanos mayores. Sin obra social la misma sociedad padece metástesis y las arcas públicas, que las pagamos nosotros, no dan para más.




Ignoraba que grandes fortunas personales de algunos dictadores africanos están en cuentas del Banco Santander, las acciones del cual están en manos de uno de los hombres que aparecen en los ránkings de la revista Forbes. No sabía que con tan solo todo lo que el dictador de un país como Guinea (tan sólo 500.000 habitantes) ha amasado, usurpándolo a su pueblo, esa misma gente estarían en un Estado con un PIB por encima al de algunos socios europeos. Ese mismo dinero, encerrado en una caja del banco o en cifras electrónicas si quiere verse de forma más realista, es invertido en operaciones de carácter especulativo semejantes a las que nos han llevado a los ciudadanos a pagar por una crisis enorme que nos está llevando implacablemente a una gran depresión. Ese mismo dinero que podría sacarnos de la crisis se está usando para crear otra burbuja mayor. Esta vez en un mercado todavía más peligroso que el del ladrillo, porque se trata de un sector básico que si revienta hará que reviente todo desde abajo y me refiero al de los alimentos. Los financieros están jugando a hinchar la pelota y a venderla al siguiente con esto. Los financieros no están siendo controlados porque algunos suponen que son los que deberían reactivar el ciclo, pero no saben hacer otra cosa que lo que han hecho siempre, porque ninguna norma los controla y tienen poder suficiente para que casi ningún país interponga una norma que los frene.




El ciudadano ha ido con todo y contra todo, pero la figura del banco la vio más como un dañador secundario que real, porque al fin y al cabo estamos educados para emular en pequeña escala a los que se dedican a hacer dinero. Nosotros hemos querido hacer siempre dinero para mejorar nuestras condiciones de vida y permitirnos ciertos lujos, pero hemos ignorado muchas cosas que ahora algunos empiezan a mirar o y otros a echar a la opinión pública. La opinión pública está prácticamente controlada por algunos de esos imperios financieros de capital privado que tiene colonizado al capital público.




Tan sólo puedo decir que me siento muy orgulloso de toda esta gente que ha salido a la calle a pedir una democracia real. En la universidad nos educaron para que defendiéramos un sistema en el que algunos no hemos querido creer. Rechazarlo ha sido honrado pero en el plano personal ha resultado más bien negativo, hasta que ves que en ciertos aspectos la calle te está dando ahora la razón, una vez el maquillaje se corre y los liftings son cicatrices, el tinte muestra las canas, los brillos la alopecia, y los puntos negros ya se ven en todas partes. El maquillaje era bonito, pero la fiesta terminó y además fue una puta mierda. La resaca además duele.




Hoy he llamado a mi novia y le he dicho que he ido al Postbank a retirar todo el dinero y meterlo en un calcetín. Después de media hora de cola la mujer de las gafas me dijo que ya no atendían para eso y que si quería hacer esta gestión bastaba con irme al cajero. Le dije que con la máquina yo no tenía relación ninguna y que lo sentía mucho pero que ni siquiera me sabía el PIN. Los que esperaban atrás estallaron en carcajadas, pero se quedaron secos en cuanto dije que lo sacaba todo porque no quería que el banco usara MI dinero en negocios que yo no voy a saber y que a lo mejor no son algo con lo que yo moralmente esté de acuerdo. Quizás la banca habrá perdido tan sólo unos miligramos de su mierda con mi flamante decisión, pero sé que si muchos más lo hicieran entonces se pondrían de rodillas y todos renegociariamos un poco las condiciones de este juego en el que por ahora sólo nos toca perder.




1 comentario:

señor matamala dijo...

querido Nihm lee el libro dinero y conciencia de un paisano tuyo...

la banca etica existe pero tampoco termino de creer en ello. sigo dandole vueltas a acabar con el sistema ¿y luego que hacemos?

Estuve en el 15M pero el primer dia algo me dijo que era bonito pero que no ibamos a ningun lado. Propuestas concretas y realizables, ese es nuestro problema... no es facil defendernos unidos contra algo pero no es imposible unirnos para atacar el sistema...