sábado, 28 de noviembre de 2009

JH- No veas qué fiesta nos hemos pegado en el Mokum, eh?
BJ- Ha sido la hostia. Me han dicho que el chico ese va a poner la música en fin de año. Habrá que volver.
JH - Si hay tantas tías como esta noche te digo ya que sí.
BJ - Habrá más, hombre.
JH - Pues entonces vamos.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Nunca había pasado que tantos periódicos hubieran publicado de forma conjunta un mismo editorial.
Teniendo en cuenta que los diversos medios ideológicamente pertenecen a corrientes políticos muy distintos y que están reflejando el enfado de la población al ver el poco respeto que se les está teniendo en el tema de la reforma de sus propias instituciones, hay que decir que este comportamiento está siendo aplaudido desde el exterior.
Pero el cinismo de algunos dicen que algo está realmente pasando. Para que la prensa realmente sea capaz de lanzar un ataque frontal al Estado central es porque la gente de a pie está empezando a decir basta. Si no de qué: Lo hacen porque lo que ya ocurrió fue el inicio de algo imparable y que va a llegar al hemiciclo del Congreso.
En el exterior la solidaridad es tal que ya se está diciendo a la gente lo que está pasando, hasta el punto de que en un lugar como Alemania, donde la palabra separatismo no tiene ya ningún sentido, si que ven que las injusticias en contra de la democracia pueden dar pie al reconocimiento de un nuevo Estado en Europa al que se le ha despojado contínuamente de sus derechos por la fuerza.

La dignidad de Catalunya.
Después de casi tres años de lenta deliberación y de continuos escarceos tácticos que han dañado su cohesión y han erosionado su prestigio, el Tribunal Constitucional puede estar a punto de emitir sentencia sobre el Estatut de Catalunya, promulgado el 20 de julio del 2006 por el jefe del Estado, el rey Juan Carlos, con el siguiente encabezamiento: "Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado, los ciudadanos de Catalunya han ratificado en referéndum y Yo vengo en sancionar la siguiente ley orgánica". Será la primera vez desde la restauración democrática de 1977 que el Alto Tribunal se pronuncia sobre una ley fundamental refrendada por los electores. La expectación es alta. La expectación es alta y la inquietud no es escasa ante la evidencia de que el Tribunal Constitucional ha sido empujado por los acontecimientos a actuar como una cuarta cámara, confrontada con el Parlament de Catalunya, las Cortes Generales y la voluntad ciudadana libremente expresada en las urnas. Repetimos, se trata de una situación inédita en democracia. Hay, sin embargo, más motivos de preocupación. De los doce magistrados que componen el tribunal, sólo diez podrán emitir sentencia, ya que uno de ellos (Pablo Pérez Tremps) se halla recusado tras una espesa maniobra claramente orientada a modificar los equilibrios del debate, y otro (Roberto García-Calvo) ha fallecido. De los diez jueces con derecho a voto, cuatro siguen en el cargo después del vencimiento de su mandato, como consecuencia del sórdido desacuerdo entre el Gobierno y la oposición sobre la renovación de un organismo definido recientemente por José Luis Rodríguez Zapatero como el "corazón de la democracia". Un corazón con las válvulas obturadas, ya que sólo la mitad de sus integrantes se hallan hoy libres de percance o de prórroga. Esta es la corte de casación que está a punto de decidir sobre el Estatut de Catalunya. Por respeto al tribunal –un respeto sin duda superior al que en diversas ocasiones este se ha mostrado a sí mismo– no haremos mayor alusión a las causas del retraso en la sentencia. La definición de Catalunya como nación en el preámbulo del Estatut, con la consiguiente emanación de "símbolos nacionales" (¿acaso no reconoce la Constitución, en su artículo 2, una España integrada por regiones y nacionalidades?); el derecho y el deber de conocer la lengua catalana; la articulación del Poder Judicial en Catalunya, y las relaciones entre el Estado y la Generalitat son, entre otros, los puntos de fricción más evidentes del debate, a tenor de las versiones del mismo, toda vez que una parte significativa del tribunal parece estar optando por posiciones irreductibles. Hay quien vuelve a soñar con cirugías de hierro que cercenen de raíz la complejidad española. Esta podría ser, lamentablemente, la piedra de toque de la sentencia. No nos confundamos, el dilema real es avance o retroceso; aceptación de la madurez democrática de una España plural, o el bloqueo de ésta. No sólo están en juego este o aquel artículo, está en juego la propia dinámica constitucional: el espíritu de 1977, que hizo posible la transición. Hay motivos serios para preocuparse, ya que podría estar madurando una maniobra para transformar la sentencia sobre el Estatut en un verdadero cerrojazo institucional. Un enroque contrario a la virtud máxima de la Constitución, que no es otra que su carácter abierto e integrador. El Tribunal Constitucional, por consiguiente, no va a decidir únicamente sobre el pleito interpuesto por el Partido Popular contra una ley orgánica del Estado (un PP que ahora se reaproxima a la sociedad catalana con discursos constructivos y actitudes zalameras). El Alto Tribunal va a decidir sobre la dimensión real del marco de convivencia español, es decir, sobre el más importante legado que los ciudadanos que vivieron y protagonizaron el cambio de régimen a finales de los años setenta transmitirán a las jóvenes generaciones, educadas en libertad, plenamente insertas en la compleja supranacionalidad europea y confrontadas a los retos de una globalización que relativiza las costuras más rígidas del viejo Estado nación. Están en juego los pactos profundos que han hecho posible los treinta años más virtuosos de la historia de España. Y llegados a este punto es imprescindible recordar uno de los principios vertebrales de nuestro sistema jurídico, de raíz romana: Pacta sunt servanda. Lo pactado obliga. Hay preocupación en Catalunya y es preciso que toda España lo sepa. Hay algo más que preocupación. Hay un creciente hartazgo por tener que soportar la mirada airada de quienes siguen percibiendo la identidad catalana (instituciones, estructura económica, idioma y tradición cultural) como el defecto de fabricación que impide a España alcanzar una soñada e imposible uniformidad. Los catalanes pagan sus impuestos (sin privilegio foral); contribuyen con su esfuerzo a la transferencia de rentas a la España más pobre; afrontan la internacionalización económica sin los cuantiosos beneficios de la capitalidad del Estado; hablan una lengua con mayor fuelle demográfico que el de varios idiomas oficiales en la Unión Europea, una lengua que en vez de ser amada, resulta sometida tantas veces a obsesivo escrutinio por parte del españolismo oficial, y acatan las leyes, por supuesto, sin renunciar a su pacífica y probada capacidad de aguante cívico. Estos días, los catalanes piensan, ante todo, en su dignidad; conviene que se sepa. Estamos en vísperas de una resolución muy importante. Esperamos que el Tribunal Constitucional decida atendiendo a las circunstancias específicas del asunto que tiene entre manos –que no es otro que la demanda de mejora del autogobierno de un viejo pueblo europeo–, recordando que no existe la justicia absoluta sino sólo la justicia del caso concreto, razón por la que la virtud jurídica por excelencia es la prudencia. Volvemos a recordarlo: el Estatut es fruto de un doble pacto político sometido a referéndum. Que nadie se confunda, ni malinterprete las inevitables contradicciones de la Catalunya actual. Que nadie yerre el diagnóstico, por muchos que sean los problemas, las desafecciones y los sinsabores. No estamos ante una sociedad débil, postrada y dispuesta a asistir impasible al menoscabo de su dignidad. No deseamos presuponer un desenlace negativo y confiamos en la probidad de los jueces, pero nadie que conozca Catalunya pondrá en duda que el reconocimiento de la identidad, la mejora del autogobierno, la obtención de una financiación justa y un salto cualitativo en la gestión de las infraestructuras son y seguirán siendo reclamaciones tenazmente planteadas con un amplísimo apoyo político y social. Si es necesario, la solidaridad catalana volverá a articular la legítima respuesta de una sociedad responsable.
Evidentemente la crisis ya ha terminado. En Alemania han celebrado todos sus déficits por todo lo alto recordando que no hay muro en una fecha bastante impropia, en España sigue habiendo fusiones de cajas de ahorro y se dice que los precios ya no bajarán más, incluso en Girona (ese extraño microcosmos) ya los empezaron a subir.
Hacía tiempo que tenía en deuda conmigo mismo ir a un local del cual todos los conocidos del sector LSD (Lychener/Schliemann/Dunckerstrasse) me han hablado siempre que pregunto como era el barrio a finales de los años 80. Vé ahí y lo verás. Es el más auténtico que queda. Y hoy, después de quedar en la Iglesia de Gethsemaní y comer bocadillos de pescado en Arcaden, fui con mi nuevo libro al famoso local, que por no tener no tiene más nombre que el número de la calle. Abro la puerta y me encuentro un sitio lúgubre, sucio a morir y con un sofá que salió en alguna película de Fu Man Chú, varias mesas vacías y velas por todas partes, con la cera derretida haciendo montañas e intentando dar un poco de luz a aquel tugurio. Ya la música que iba oyendo al fondo me era bastante familiar, pero a la que vi al psicópata detrás de la barra ya aluciné colores.
- Pero tú que haces aquí?
Dicen que Berlín es un pueblo, pero eso ya es demasiado. Y sin embargo episodios como éste son de lo más típicos en una ciudad donde todo el mundo tiene dos, tres y hasta cuatro trabajos a la semana pero ningún contrato de por medio. Por lo que me dijeron y lo que he visto, ese local siempre ha sido así. No hay electricidad, las neveras van con bolsas de hielo y con un par de compacts que se pongan en el portátil ya va bien, porque tampoco tienen el negocio abierto muchas horas y a la que al Mac se le acaba la batería lo chapan todo. Ver al psicópata tomándose una birra rodeado de velas y telarañas no es la mejor manera de evocar como era la vida social en Berlín con la caída del muro, por lo que decidí buscar la inspiración para el artículo de otro modo, es decir, mirando un poco más las fachadas del barrio e imaginármelas sin pintar y con las ventanas rotas. Eso era Prenzlauerberg. Un lugar parecido a Harlem, parado en el tiempo y con todas las incomodidades del mundo. Nada que ver con las casas modelo de Marzahn. Lo que ahora es el ghetto antes era precisamente la zona de edificios nuevos y con las mejores condiciones imaginables en la DDR. El sueño de todos era estar ahí. En cambio lo que hoy representa la zona exclusiva con terrazas bajo el tejado y ambiente burgués, era el sitio donde los ciudadanos de la república socialista más radical de los países del pacto de Varsovia sufrían una mayor insalubridad. Toda una ironía, pero para mí es como ver en lo que se va a acabar convirtiendo el Raval de Barcelona, sin ir más lejos. Aquí es donde se vivió más el cambio tras 1989.
Con las ideas en la cabeza cogí el tram hasta la Rosenthalerplatz, zona de hostels y de bares, todos llenos de jóvenes que viajan en grupo y se quedan un par de días en la ciudad para joderse el hígado, hacerse cuatro fotos y decir que han estado en una ciudad donde todo está hecho una mierda pero muy cool. Me voy directo al CCCP para ver a Tom Leib, un videodiyei que conocí en el August Fengler y que le gusta una música bastante parecida a la mía. Entonces al entrar todo son colores rojos, cortinas deslumbrantes, lámparas de abuela y decoración canalla. En pocos minutos el lugar se llena de seres extraños: una pareja de intelectualoides con gafas de pasta transparente, jóvenes escandinavos con barbas de pescador, chicas con el pelo de blanco y un bote entero de laca, dos enanos, un jorobado, una mujer con la cabeza afeitada y aspecto más allá del border line portando un cartel en el que rezaba "nosotros somos la ciudad" y un tipo chupado con un mostacho hecho a base de pelos largos que le salían de la nariz y unos ojos azules vidriosos que parecían no mirar a ninguna parte. Tom estuvo poniendo música muy buena, aunque la repitió para los que todavía no habían venido al principio de la sesión porque es un tío muy generoso y porque tampoco tiene muchos compacts, el camarero se pensó que yo era ruso y el propietario me preguntó si tenía myspace. Como es un local que se ha puesto de moda, me dicen que para marzo quizás podría hacer algo, pero el quizás quizás suena demasiado a Nat King Cole y por suerte la griega me llama para decirme que este mes va a estar los fines de semana en el Primitiv Bar y si le puedo echar una mano. El camarero ya me dice que él curró en el Primitiv y que allí lo normal es la música de los 50, por lo que creo que me lo voy a pasar bien en cuanto encuentre más material en las tiendas de discos de segunda mano.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

“Mil onzas de oro son ciertamente una gran recompensa, y el cargo de primer ministro sin duda una elevada posición. Ahora bien, señor, ¿es que no ha visto al buey que se va a sacrificar a la espera de serlo en el templo real del estado? Se le cuida mucho y se le alimenta bien durante unos pocos años, y se le engalana con ricos brocados hasta que está listo para ser llevado al Gran Templo. Entonces, aunque con gusto se cambiaría por el más solitario de los cerdos, ¿acaso puede hacerlo? Así que… ¡fuera de aquí y rápido! No me insulte. Preferiría vagar y no hacer nada en un charco embarrado, pasármelo bien a mi gusto, antes que acabar sometido a las limitaciones que impondría el gobernante. Jamás aceptaría un cargo oficial, para así poder ser libre de proponerme mis propios fines”.
Zhuangzi s. IV a.C.

martes, 24 de noviembre de 2009

Estar contigo fue como vivir una mezcla entre Calígula y La naranja mecánica.
Ese almenos fue un buen reproche. Y todo un piropo.

lunes, 23 de noviembre de 2009

He descubierto un nuevo tipo de demencia. Trabajar enf3rm0 perdido comporta destellos de lucidez. Y a veces incluso encuentras sorpresas. Aquel a quien odias es a quien te asemejas y odias verte en él porque es a ti a quien verdaderamente no puedes soportar. Una de las pocas virtudes que tengo es la de poder llegar a llevarme bien con gente con la que no trago. Hoy me ha tocado trabajar otra vez a solas con el psicópata. El psicópata es un personaje muy complicado porque puede explotar y matar todo lo que encuentre a su alrededor. Un tío muy chungo al que algunos cariñosamente llaman el nazi y que raramente curra con nosotros porque lo suyo es estar en la puerta de una discoteca y reventarle la cara al primero que tenga pinta de extranjero o sea un poco sospechoso. Sin embargo, trabajar con el psicópata implica que la noche va a ser tranquila, porque le tienen tanto miedo que nadie entra a pedirse una cerveza. Siendo sinceros, no he sido cliente del sitio donde trabajo porque la segunda vez que fui, el psicópata me echó a hostias, por lo que si me caía mal, era porque tenía unos cuantos motivos. Hoy he entrado con una cara de muerto al trabajo que podía leerse me muero a dos millas de distancia. Lo primero que me suelta el tío es que esta noche como trabajo contigo sólo va a sonar Bowie, nos lo vamos a pasar bien. Porque mal lo estaba pasando.
Lo único que me he despertado de noche en el suelo del cuarto de baño con la ropa del curro. Lo más fuerte es que creo que mi compañero de piso, el islandés, se ha estado duchando tan tranquilo sin importarle tres carajos mientras yo estaba ahí abatido. La verdad es que ese es un tío que pasa bastante de todo, pero a unos niveles impropios de la raza humana, por lo que a veces pienso que en realidad es un infiltrado y que lo de Islandia es un cuento porque nadie ha ido ahí para comprobarlo. El caso es que yo estaba muriéndome abrazado a la taza del water y el musli que le había traído estaba todo por el suelo y en cuanto abrí los ojos fue lo primero que vi y pensé que eso era la pedazo potada que quería pegar al volver dando tumbos a casa, pero no, era su musli, y el cabrón encima que lo cuido siempre en lugar de hacer algo se pega una ducha y se larga, por lo que al final resulta que me despierto con el teléfono zumbándome en la pierna y me estrañó que haya estado tirado tanto tiempo ahí, pero este apartamento es como el Club de la lucha, un caos absoluto y yo me deprimí porque no tenía ganas de currar aún una vez más, porque creo que ya he ganado la maratón y hasta los paralímpicos, por lo que eso de ganar un bonus lo puedo dejar para las máquinas de matar marcianos porque hoy estaba hasta los huevos de estar siempre pringando. Llego y tengo a Bowie con We are the dead, que de las suyas es mi canción favorita desde que vivo en Berlín y curiosamente descubrí que también es la que más le gusta a Marilyn Manson, pero últimamente estoy ya bastante orwelliano como para cargar aún más las tintas, por lo que realmente el Gran Hermano a parte de estar observándome me tiene en proceso de aniquilación. Pronto voy a ir por el pasillo con la peluca y los dientes postizos diciendo que lo amo pero que por favor me pegue un tiro ya.
Pero precisamente de Bowie hay una frase que me gusta mucho y que me ha ayudado a entenderme: "Yo no soy religioso. Soy una persona espiritual. La diferencia entre una persona religiosa y una espiritual es que alguien religioso sólo lo es de verdad cuando cree en la existencia del infierno. La persona espiritual es aquella que ya conoce el infierno."

domingo, 22 de noviembre de 2009

Como diría Calígula, aún estoy vivo.
Acabo de despertar en el suelo del cuarto de baño y porque me han llamado los del trabajo.

"Voy a decirte algo que tú ya sabes, el mundo no es todo alegría y color. El mundo es un lugar terrible, y por muy duro que seas, es capaz de arrodillarte a golpes y tenerte sometido permanentemente si tú no se lo impides. Ni tú, ni yo ni nadie golpea más fuerte que la vida, pero no importa lo fuerte que golpeas, sino lo fuerte que pueden golpearte. Y lo aguantas mientras avanzas. Hay que soportar sin dejar de avanzar, así es como se gana. Si tú sabes lo que vales ve y consigue lo que mereces, pero tendrás que soportar los golpes. Y no podrás estar diciendo que no estas donde querías llegar por culpa de él, de ella ni de nadie, eso lo hacen los cobardes y tú no lo eres. Tú eres capaz de todo."

jueves, 19 de noviembre de 2009

"Sin apenas haber dormido demasiado paseo bajo los castaños con un espejismo por sol de frente. Toda la música en la cabeza, un purasangre en el cuerpo, toda la vida mezclada con la sensación del día después. Más que un buen momento el placer de saber que no importa todo lo que venga. Uno se muere lentamente en las calles y a sorbos de mediodía, sabiendo que dentro lleva un oleaje con su nombre y el mío."
Cada vez que veo una cabina pienso a quién quiero darle un abrazo. El trabajo vuelve a estar en la esquina y yo que me siento en otra onda paso por delante con los discos bajo el brazo, feliz y disfrutando en la ausencia de Prenzlauer.


Mein lieber Schatz, bist du aus Spanien?

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Genial la idea de meter flyers. Los hijos de puta del Last Cathedral han decidido en el último momento montar también ellos una aftershow party. Creo que hasta van a llamar a la tele para darle más bombo. Hijos de la gran. Estoy escuchando The prodigy a todo volumen mientras me ato los cordones de las botas y me largo corriendo al Tempodrom.

jueves, 12 de noviembre de 2009

"El posible conseguir algo luego de tres horas de pelea, pero es seguro que se podrá conseguir con apenas tres palabras impregnadas de afecto."
Confucio

domingo, 8 de noviembre de 2009

El llamado muro de «protección antifascista» fue edificado por mitad del corazón de mucha gente, tal y como titula su tragedia Sigrid Paul. Esta dentista tenía a su bebé enfermo en un hospital de Berlín Oeste el 13 de agosto de 1961, cuando la ciudad se cerró y ella quedó atrapada en el Este. Por intentar reunirse con su hijo, fue encerrada 19 meses en la prisión de Hohenschönhausen.
A sus 75 años, Sigrid Paul ya «sólo desearía volver a hablar» con su interrogador. «Le he escrito, pero es tan cobarde… en la dictadura se sentían fuertes, en la libertad son basura». Su apartamento carece de puertas y tabiques a resultas de su trauma, «ni siquiera cortinas», y aún llora al pensar en los cinco años que su hijo permaneció abandonado en aquel hospital.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Sois jodidamente buenos! Nos gritaron mientras nos tiraban fotos con la Polaroid. La griega hizo unos cambios muy buenos y me costó seguirle el ritmo, pero en cuanto pude entrar en el carril de aceleración ya me sentí de lleno circulando por la Autobahn. Aquello estaba tan a tope de gente que ya no cabía nadie, bebían como posesos intentando combatir la depresión de otoño, se cometían sonadas infidelidades en cuanto el partner se iba al baño y se montó una orgía en las mesas de enfrente que no escandalizó a nadie porque todo el mundo estaba bastante dope. Y nosotros pusimos la música por dinero y haciendo lo que nos dio la gana, como en la época de los cabarets. Le dedicamos todas las fuerzas a hacer levantar a la gente y a contribuir a la euforia general, bailando en la cabina y peleándonos con las máquinas. Fue adrenalítico. El Dj del CCCP llegó y se quedó entusiasmado al ver toda aquella fiesta, fumándose el alma. "Es en el Lido donde hay que meter la música, a diez metros de aquí", le solté a la griega mientras bajábamos la noche y poníamos los últimos temas. Y el puto conejo blanco pegó el cierre, Grace Slick cantaba Feed your head, feed your head, mientras las camareras nos entregaban sonrientes a cada uno los euros y el tranvía llamado deseo me esperaba dos calles arriba, en el principio de Berlín Este. Algunos vomitaron sus fiestas en el vagón, otros filosofaban con el compañero cayéndose de sueño y otros se aislaron de las frustraciones en el formato mp3. Llego a mi calle con la maleta a cuestas mientras el día parece asomarse.

martes, 3 de noviembre de 2009

domingo, 1 de noviembre de 2009


Dead stars...still burn.

El trabajo fue durísimo y grotesco. Una pareja que llegó a las cuatro y media de lam adrugada se puso a follar encima de los sofás deciochescos de la sala de no fumadores. Lo peor de todo es que me dio por poner un cd de los míos. "Eso les corta el rollo o los envalentona. Si se largan chapamos antes, y si siguen, colgamos el vídeo en Youtube." Así que los proles estaban sentados fumando cigarrillos polacos con el cubo lleno de agua caliente y la barra encharcada mientras los pijos se lo montaban, como en la vida misma. "Son las tantas y aún tenemos para unas cuantas horas". "¿Tú escuchas esa música?""Ya te digo, la noche me confunde".
Era 1923 y los alemanes usaban el reverso de los billetes de un millón de marcos como bloc de notas.